jueves, 19 de febrero de 2009

PETER PAN

Sigo soñando despierto, caigo rendido cada vez que entro en la habitación. Continuo cerrando bares que cicatrizan heridas y se abren al salir el sol. Sigo recorriendo kilómetros como si fuera la vida en ello. Me duelen los mismas dolores y río con las mismas tonterías. Escribo las mismas penas en papeles blancos que rompo nada más terminar. Regalo ilusiones a gente que no lo merecen y se las arrebato antes de que el sol se esconda. Compro barato, vendo caro. Canto las canciones que me tocan el corazón, cambio de canal y apago la tele. Lloró sólo. Río con nadie.

Colecciono recuerdos de momentos y las voy archivando en el cajón. Los busco a menudo, nunca los encuentro. Me siguen ilusionando las mayores tonterías y sigo odiando las mismas cosas. Me gusta una buena charla frente a una botella, cambiar el mundo desde el sofá, matar de palabra a tanto ignorante. Leo, escucho música, me duermo en los laureles a diario y doy siempre menos de lo que pudiera dar. Me acarician más que acaricio y me besan más que beso. Sigo sin acostumbrarme a dormir al lado de alguien, mucho menos despertarme al lado.

Me sigue gustando más la noche que el día y estoy más de acuerdo con la luna que con el sol. Cambio de trabajo en cuanto me acostumbro, y rompo con todo cuando empieza a irme bien. Soy aliado de la soledad y me encuentro sólo entre tanta gente. Me encanta Bunbury, Marea, La Fuga, Calamaro. Paseo de noche cuando la ciudad duerme.

Nunca hago promesas que no puedo cumplir y odio la corbata. Nunca desayuno en casa y sigo fumando en la cama. Prefiero salir de lunes a viernes antes que un sábado. Me emociona una palabra bonita y odio a la gente mal hablada. No me acostumbro a la costumbre y busco siempre el camino más largo hacia la meta porque me gusta disfrutar del camino. Lo fácil me aburre horrores. Viajero de sueños e ilusiones arruino mi vida por lo menos dos veces al año. Empiezo de cero cada poco tiempo. Construyo, derribo y vuelvo a construir. Escribo para liberarme. Ando y ando y casi nunca corro.

Cada día me abofetea la vida un poquito más, cada día me doy cuenta que no soy nada. Me gusta el mar pero no la playa. La playa sólo para pasear, el mar para pensar. Me revitaliza sumergirme en el agua fría del cantábrico. Prefiero los besos robados. Aborrezco el dinero, las guerras, las banderas, el fanatismo.........y casi todas las patrañas acabadas en ismo. Tengo un corazón cosido con retazos de recuerdos y el alma partida en innumerables parcelas. Lloro por lo mismo de siempre.

Abro puertas que siempre me fueron cerradas. Me aburre lo más cotidiano y sigo sin entender al resto del mundo. Protesto, reniego, me enfado con frecuencia. Hablo más de la cuenta cuando estoy nervioso y callo siempre que no tengo nada que decir. Odio los semáforos en rojo y quien abandona sus sueños. Sigo sin encontrar lo que busco y sigo buscando no se bien el qué. Sigo viviendo de emociones y me muevo por impulsos que dicta mi piel. Me gustan las cartas que ya no me llegan, las noches de alcohol, las horas muertas de conversación.

Cada día invento una nueva vida y miles de ciudades para vivir. Me gusta el silencio y la música alta. No me canso de reinventarme, no me canso de viajar. Ver amaneceres, sentir la lluvia y empaparme. No permito que acabe el día si no tuve un poco de emoción. Soy todo sentimiento. Me gusta querer a quien no se deja querer. No me gusta sentir que la vida pasa por delante.
Tengo miedos que nunca reconozco y me duelen las ausencias. Tengo recuerdos en maletas muy pesadas y echo de menos a los amigos que ya no están. No quiero llegar a viejo.

Nunca pido nada a cambio. Doy por que sí, porque me apetece. Quito siempre que estoy de más. Escucho cuando puedo, me hundo a menudo y resurgo cuando nadie lo espera. Hago el tonto más de lo necesario para que haya gente feliz, prefiero que la gente se divierta a hacerlo yo. No me gusta que nadie se sienta sólo, y que el frío de la calle traspase los cuerpos. Subo el volumen de la música cuando quiero evadirme y estar en mi mundo. Me gusta hacer pensar y que me lo hagan a mí. Doy más vueltas de las que debería a las cosas y soy idiota. me cuestiono todo y nunca encuentro respuesta. A veces me dejo llevar, otras tomo las riendas.

Sé lo que soy y se lo que hay. Se lo que pienso y lo que me callo. Se lo que reflejo y lo que en realidad soy. Quiero ser Peter Pan en el país de nunca jamás. No quiero crecer, no quiero responsabilidad ni más sueños rotos. Quiero ser niño eternamente porque no entiendo en el mundo en el que vivo, ni comparto las obligaciones que la edad conlleva. Quiero seguir soñando, seguir viviendo a mi manera, quiero tener ilusiones más allá de las que me dicta la sociedad. Quiero volar a un mundo eterno perdido donde no haga falta crecer. Quiero ser yo y no lo que los demás quieran. Quiero ser el niño de los ojos bonitos. No quiero cambiar, no puedo cambiar.

3 comentarios:

  1. Cualquier psicólogo, le encontraría perniciosas razones al deseo de tu personaje. No crecer, diría, es síntoma de inmadurez y de una incapacidad para no asumir ni riesgos ni dolor. Yo, que no soy psicólogo, igual me apuntaría a ese deseo.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Wow...
    En verdad me gusto...
    Suerte!!!

    ResponderEliminar
  3. se lo que es eso, lo rechazo y lo aborrezco al igual que no puedo evitar sentirme tan a traida a ese mundo del nunca jamás y a mi amado peter pan

    wendy

    ResponderEliminar