viernes, 9 de enero de 2009

UN DIA MAS

Amanecieron los tejados cubiertos de nieve. El asfalto helado dificulta el tránsito de los monstruos de hierro. No se les ve tan agresivos, tan ruidosos,y temerosos pasan a través de la ventana. El cielo, blanco luminoso, ciega.

La gente camina, con cuidado, hacia ninguna parte. En mitad de una ciudad que no reconozco, que ya no me pertenece, me siento tan pequeñito. Entre la gente, inmóvil, vuelvo a las andadas y me siento sólo. Cierro los ojos y escucho el rugir de las olas haciendo el amor con el acantilado y una suave brisa me acaricia la mejilla. Siento el agua helada y me sumerjo dejándome llevar. Al abrir los ojos vuelvo a la cárcel que me atrapa entre sonidos de claxon y malos modos.

Estar a kilómetros de todos y tan cercano a la vez, en un mundo paralelo del que no tengo forma de entrar, en una vida a la que nadie ha tenido la gentileza de invitarme.

Y ahora que me preguntas ¿qué te pasa?, me quedo callado. Muevo la boca, la lengua y te aseguro que hago todo lo necesario pero mis palabras no quieren salir. ¿Cómo explicarte que cada día se abre una nueva herida?¿Cómo decir que por más que pasen los años nada cicatriza?
¿Cómo insinuarte tan siquiera que entre tanta gente me siento sólo?

Los días pasan lentos e implacables marcando en mi piel su tic-tac y observo como el tiempo se escapa entre mis dedos sin fuerzas para atraparlos. "Se te ha borrado la sonrisa" han dictaminado, como si fuesen juez de mi propia historia. Quizás nunca sepan que son los culpables de mis tristezas, de mis dudas.

De niño quería volar por encima de las cabezas huecas y allí arriba reír, reir hasta no poder más. De adolescente quise cambiar el mundo a mi manera, de mayor,tristemente, el mundo me ha cambiado.

Y entre tanta gente, en mi minuto, evoco noches a puerta cerrada, donde recibir un beso era volar hasta la misma luna. Noches de sueños, en el parque, donde cada uno era lo que quería ser.
Bandas rivales, motocicletas, secretos inconfesables. Todos contra el mundo, el mundo contra nosotros. Fuimos creciendo como suele ser normal y todo se volvió lejano. Ya no había sueños en común.

Cambiamos, no todos, sueños por casas, ideas por mujeres, utopías por trabajos. A veces, en el silencio, todavía oigo las risas y escucho nuestros sueños. Que lejos queda ya.

Cada día cuesta un poquito más levantarse de la cama, con ese frío que encoge el alma. Tener que ver que cada día es igual que el anterior, sin emoción. Volver a caminar entre la indiferencia de un rebaño muy bien enseñado, más pendiente en sí mismo que en lo que ocurre alrededor. Sin darle el valor que se merece las lágrimas que derraman otras tantas. En seguir corriendo para llegar el primero a ningun sitio.

Hoy al acostarme soñaré con el mundo que me he inventado. Mañana, si quereís y me dejaís os lo cuento

3 comentarios:

  1. A veces la nieve al caer limpia la ciudad, y los corazones de la gente.
    A veces el reflejo del sol en la nieve hace más luminoso el día.

    Besos

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  2. Hola.
    Veo que has enlazado mi blog, y no entiendo por qué, cuando jamás te he visto por alí.
    Un saludo.

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  3. Ahora sí.
    Un relato muy "físico", en el que consigues transmitir, la "temperatura" interior del personaje.

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