jueves, 1 de enero de 2009

LA PRIMERA VEZ

Empieza otro año, con ilusiones renovadas, nuevos sueños y alguna que otra esperanza. Con ganas de no repetir errores del año viejo y esperando que la vida nos trate un poquito mejor que el odioso 2008. Las cosas buenas casi no han aparecido y las desgracias vinieron todas juntas, revueltas entre ellas y sin avisar. Nos privaron de personas, de tantas personas... Unas por que encontraron maneras diferentes de perder el tiempo, otras sin poder decidir. Cambiaron trabajos, rutinas, y destrozaron algún que otra ilusión. He visto como se marchaban de mi vida amigos (que al parecer nunca lo fueron), familia y poco a poco la sonrisa.

Pero hoy no tengo ganas de charlar de los malos momentos sino de esos buenos días, que los ha habido, de esos ratitos en los que te das cuenta que quizás, por un instante, la vida tiene sentido y merece aprovecharlo.

Siempre he sido bastante solitario o independiente según dicen algunos. Muy poco familiar, la verdad, y me siento tan a gusto en el pequeño mundo que hace años cree que cada día que pasa me costaba más salir de él. Me suele aburrir toda clase de relación social y familiar y estoy más a gusto en casa, con mis libros y mi música, donde me imagino alguien que nunca llegaré a ser, donde vivo en lugares que seguramente nunca conoceré o garabateando en un folio en blanco las idioteces que invaden mi cabeza. Me gusta la soledad porque supongo que aprendí cosas que no aprendí con las personas. Porque en el mundo que uno se crea nunca encuentras lo que no te gusta, todo está a tu manera, al alcance de tu mano y los sueños por una vez, son tuyos. No hay nadie que juzge tus palabras y actos, te sientes libre.

Y de repente, dentro de la pesadilla apareció un sueño, y para quitarme la razón vino en forma de personas. La vida tiene estas cosas y cuando crees que todo lo sabes, la vida te sorprende, te da un bofetón y te das cuenta que no eres más que un ser insignificante. Y sin darme cuenta empezó un efecto en cadena.

Conocí a Marisa y me enamoré justo el mismo día que no quería querer a nadie. Y descubrí que todavía hay gente buena. Que la ingenuidad tiene un encanto especial y que reir a carcajadas es increible. Que creer en las personas puede ser gratificante y que hay besos y abrazos que te erizan la piel. Que uno más uno no siempre es uno.

Y con Marisa conocí a Cristina y se convirtió en mi hermana justo el día que no quería más amistad. Y comprendí que a veces ser todo sentimiento no es tan malo. Que llorar por amor es especialmente bonito y que el pesimismo puede ser el motor de toda una generación. Porque siempre estará Marieta y Kafka, Marea y Allan Poe y tendremos un rincón en Madrid.

Y después, por circunstancias, llegó la familia. La GRAN FAMILIA. Y entonces comprendí, justo el día que no quise tener familia que estaba totalmente rendido.

Y así conocí a Lorenzo, Clara y Diana. Y entendí que sin palabras se pueden decir muchas cosas, que los gestos cuando salen de dentro son inmensamente más bonitos que cualquiera de los poemas que leo y que el negro puede ser un color de lo más luminoso. Que las empanadas pueden ser el plato más exquisito de una comida real y que las bufandas tejidas con hilos de cariño son alta costura. Porque las cervezas en buena compañía saben mejor. Que tener las puertas de casa abierta para todos no significa invasión y la inteligencia no está reñida con lo gotico. Que los bancos de la Gran vía y Morgana pueden ser un mundo dentro de otro mundo.

Y luego vinieron Manolo, Araceli, Ada y Sofía. Y comprendí que se puede estar todo el día sonriendo. Que una casa puede ser un palacio y que la ternura puede ser una forma de vida. Que un dibujo puede ser más bonito que el propio gernika y que el jamón y el vino mejor en vuestra presencia. Que unos besos al aire, unos ojitos, unas reverencias, unos vuelos mientras se piden más convierte un día horrible en un día inolvidable. Que las buenas palabras reconfortan.
Que la lectura es el vicio del futuro y que el saber no ocupa lugar.

Y al ratito Josi, Belén y Manuel y entendí que hasta un llanto descontrolado puede significar vida. Que Calamaro no es sólo un cantante. Que la tranquilidad es una virtud que casi nadie tiene y que la rapidez en las respuestas están al alcance de muy pocos. Que querer no tiene por que ser empalagoso y que el brillo de los ojos puede ser un faro. Que las risas pueden ser la mejor medicina

Y al tiempo Juanjo, Rubén y Juanjo y supuse que el dolor es aún más doloroso cuando no puedes hacer nada. Que los dragones pueden ser gorriones y las armas pueden disparar flores. Que siempre se quiera no significa que se consiga y que ser el el mayor significa abrazar a los pequeños. Que una pelea puede ser bonita cuando no se quiere hacer daño y que el cielo existe y hay quien siempre os estará viendo. Que la risa contagia y para el tiempo. Que la felicidad y la tristeza sólo la separa una linea muy delgada

Y para terminar Alicia y Manolo y supuse que el que algo quiere algo le cuesta. Que las arrugas son momentos vividos y sufridos y pueden ser bonitas. Que se puede estar pendiente de todo el mundo sin perder la sonrisa. Que en la buena mesa nunca falta un plato ni sobra comensal.
Que el amor puede ser infinito y nunca sobra sino todo lo contrario. Que el conti puede ser el juego de las Vegas y que las palabras de ánimo son necesarias

Sirva esto para quien lo lea que la buena gente existe, aunque yo no lo creía. Eternamente agradecido siempre. No sé lo que deparará el año, ni siquiera los sucesivos, pero siempre os llevaré dentro. Pase lo que pase nunca podré olvidar que me tratrasteis como uno más, sin preguntar, sin juzgar. Y como dice Tequila que el tiempo no nos cambie



1 comentario:

  1. Binevenido a la bogosfera, y por supuesto a la familia, (pero eso ya lo sabes).

    Eres un verdadero artista.

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